Boca aplastó a Central Norte y avanzó en la Copa Argentina: doblete de Cavani, con tijera incluida, y otro de Merentiel

El equipo de Diego Martínez superó sin problemas al equipo de Salta y ahora espera por el vencedor de Almirante Brown – San Martín de Tucumán.

Los festejos desaforados de Cavani de cara a los hinchas, señalando a la popular, volando con la 10 en la espalda en modo superhéroe y tirando con arco y flecha, hablan de lo importante que fue este triunfo de Boca en Santiago del Estero. Porque por un lado el equipo de Diego Martínez clasificó a los 16avos. de la Copa Argentina y ahí está el primer logro; pero por el otro, otra vez dio muestras de evolución, de autoridad y que está a pleno justo en la previa de la definición de la Copa de la Liga y el inicio de la Sudamericana.

Boca empezó a ganar el partido a partir del trabajo del mediocampo. Martínez juntó a Zenón y a Taborda, una especie de doble enganche, y a Equi Fernández por detrás solo, 5 tapón. Incluso Saralegui, que no jugó su mejor PT, también pesó (casi clava un zurdazo en el ángulo, pero el travesaño se lo negó). Y desde allí se empezó a construir el triunfo. Literal, porque Zenón abrió para Blanco, el hombre asistencia del ciclo, que superó a su rival y tiró el centro para que Cavani, el hombre gol del momento, abriera el pie para perforarle el arco a Leo Rodríguez.

Boca lo ganó fácil. Sin desmerecer a los salteños, que apenas patearon al arco un par de veces en el PT, el equipo de Martínez pegó primero y se afianzó después con la pelota y el control del juego. Mucho más después de que Cavani hiciera otro golazo: centro de Merentiel y tijera del Matador, que lleva seis goles en 4 PJ. Partido absolutamente liquidado.

Centro de Merentiel y tijera del Matador. Foto: Federico CharáCentro de Merentiel y tijera del Matador. Foto: Federico Chará

Boca hizo sencillo lo que muchas veces resulta siendo difícil. No pasó sobresaltos. En la Copa de las sorpresas, en las de lo batacazos y partidos de doble filo, impuso su autoridad a partir de los nombres propios, de la jerarquía y también del juego. Y ahí, seguramente, estará una de las grandes satisfacciones del Gigoló. Porque su equipo viene en levantada, porque su idea táctica empieza a tomar sentido, porque la sociedad Blanco-Cavani cada vez resulta más positiva; las cosas comienzan a salir, incluso porque sigue recuperando jugadores como Rojo y Equi, y hasta porque Merentiel se sacó la mufa con la red.

Merentiel se sacó la mufa con la red. Foto: Federico CharáMerentiel se sacó la mufa con la red. Foto: Federico Chará

Por supuesto que dentro de este análisis entra el poder de fuego de Cavani. Es más, posiblemente haya sido a partir de los tres goles con Belgrano y la goleada a Racing (con Edi como figura) que Boca empezó a levantar en todo sentido. El repunte del equipo va de la mano con el destape del 10. El uruguayo está en modo Matador, las que antes iban afuera o tapaban los arqueros o pegaba en la cola de un defensor o en la cara, ahora van adentro. Hasta le salió el chiche que tiró en el complemento para bajar la persiana y celebrarlo con todo de cara a los hinchas que coparon Santiago.

Boca ganó un partido clave por el caos que hubiera significa no hacerlo. Pero sobre todo porque lo hizo en un momento clave del año. Se clasificó en la Copa Argentina (espera por el ganador de Almirante y San Martín de Tucumán) antes de lo que será el tramo final de la Copa de la Liga, en donde hoy está a dos puntos de los puestos de Playoffs con tres partidos por delante: y en la previa del debut en la Copa Sudamericana, el 3 de abril en Potosí contra Nacional. Y eso no es poco… Mata, gusta y golea.

El festejo de Cavani. Foto: Federico Chará
Fuente: Olé

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